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Leire San-José

Catedrática de Finanzas en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y referente internacional en ética financiera, Leire San-José ha sido reconocida con el Premio Ekonomistak Saria 2025 por su aportación a las finanzas éticas, la contabilidad social y la medición del impacto generado por las organizaciones. Al frente del grupo de investigación ECRI (Ethics in Finance and Social Value Research), impulsa modelos pioneros aplicados en numerosas entidades, orientados a situar el valor social y a las personas en el centro de la actividad económica. Desde el Observatorio Vasco del Emprendimiento —Euskal Ekintzailetzaren Behatokia— dialogamos con ella sobre los retos y oportunidades del emprendimiento, la sostenibilidad y el desarrollo económico del territorio.

Conversación con Leire San-José sobre emprendimiento, sostenibilidad y economía con propósito

 Acaba de recibir el Premio Ekonomistak Saria 2025. ¿Qué representa este reconocimiento para usted y para el equipo que le acompaña?
¡Sin duda, un reconocimiento de esta índole y en casa no tiene valor medible! He recogido yo el premio, pero es un trabajo realizado por muchas personas durante muchos años, entre ellas
¡cómo no! José Luis Retolaza. Esto significa que lo hemos hecho bien, y que hay una valoración en la sociedad de nuestra contribución y trabajo. ¿Qué mas se puede pedir tras quince años
contribuyendo en medir el valor social e impacto social que tienen las organizaciones? Que te valoren en casa es increíble.

Ha promovido modelos pioneros de contabilidad social. ¿Por qué es esencial que las organizaciones, incluidas las más pequeñas, midan el valor social que generan?
El valor se genera en diferentes formas. De forma clásica, y muy influenciado por el capitalismo se ha valorado desde la perspectiva de retorno de capital a los accionistas, que viene representado por la contabilidad económico-financiera. Sin duda, es importante esta visión económica, pero el paradigma ha cambiado y no es la única forma de explicar cuál es la razón de ser de las organizaciones, y en concreto las empresas. En esta línea hay que ir más allá, y es necesario exponer todo el valor generado a la sociedad, entendida ésta como stakeholders, que son, entre otros, clientes, proveedores, trabajadores, accionistas, administración pública. Si no valoramos en términos de unidades monetarias no queda a la altura de lo económico, y por eso hemos decidido hacerlo en euros. Así lo social tiene tanto valor como lo económico. Eso sí, no nos confundamos, que, si bien lo valoramos en euros, eso no significa que tengamos esas transacciones en nuestra cuenta, eh?. Sino que hemos generado actuaciones, actividades u otros percibido por los stakeholders (grupos de interés), y valorado por las personas expertas en euros equivalente. Estamos visibilizando lo que no se ve en contabilidad económico-financiera, pero que sí existe y nos importa. Además, esto va más allá porque haciendo esta contabilidad social, hace que podamos diferenciar las empresas en otra dimensión, diferenciar aquellas empresas que mercantilizan todas sus acciones, y aquellas que generan valor, que será real pero que no está mercantilizado. Es una visión muy diferente, pero enriquecedora, sin duda. Al hacerlo, demostramos que otra forma de hacer negocios es posible.

Desde la perspectiva del emprendimiento, ¿cómo pueden estas herramientas ayudar a quienes están creando una nueva empresa en Euskadi?
El momento de emprenden es importante. La centralidad la tiene el propio negocio, el diseño y el desarrollo de las ideas, sobre todo en cuanto al formato de empresa a crear para que sea
económicamente sostenible a largo plazo. Sin duda, un momento para dedicar un tiempo a pensar qué tipo de empresa queremos crear, ¡la razón de ser de la empresa! En este punto es
importante tener claro que podemos hacer lo mismo de forma diferente, así que establecer en qué y cómo vamos a generar valor a los diferentes grupos de stakeholders será clave. Crear
valor es el propósito final de la organización desde mi punto de vista. Lo cierto es que, modificar la razón principal de la existencia a posteriori es prácticamente imposible, así que
animo a toda persona emprendedora a realizar esa reflexión de a quien, y cómo quiere crear y distribuir el valor desde el inicio, sea cual fuere su forma jurídica.

A menudo advierte del riesgo de que la sostenibilidad se convierta en un trámite vacío. ¿Qué cambios son necesarios para que aporte valor real a las empresas y a la sociedad
Así es. Cuando vemos algo que es de coste y que no nos aporta, es porque algo es mejorable. Lo que es deseable es que no realicemos el informe de sostenibilidad por cumplir, sino porque
nos aporta. Para que eso sea así, el proceso y la reflexión nos tiene que ayudar en la gestión de la empresa, precisamente, y como he dicho comentado anteriormente para poder gestionar
de otra forma, para distribuir valor a los stakeholders. No es por cumplir, sino por mejorar. Para lograrlo el proceso de análisis para la sostenibilidad es el que debe ser útil en sí mismo, y no tanto el resultado como tal. Reflexionar a quien le generamos valor, cómo lo hacemos, cuánto, si está alineado con el propósito de la empresa, si es mejorable etc. es imprescindible.

¿Qué papel deberían desempeñar las administraciones públicas para impulsar proyectos emprendedores que creen empleo de calidad y valor para el territorio?
La administración pública tiene instrumentos para motivar en esta línea. Por ejemplo, debemos modificar el sistema de decisión de las licitaciones públicas y en vez de centrar la
decisión en el precio a valorar un segundo criterio relacionado con qué es lo que se genera a los stakeholders con la operación. Esto dimensiona el valor y no el coste del servicio. También,
otros instrumentos como bonificaciones fiscales o mejoras en los prestamos con propósito social pueden ser herramientas motivadoras.

 En un contexto internacional incierto, ¿cómo afectan los cambios globales a la agenda de sostenibilidad y a las decisiones de las empresas emergentes?
Está muy relacionado porque no se ha logrado integrar la sostenibilidad en la organización como core (centro) de la misma, y entonces solamente nos movemos por obligaciones o exigencias. Esto no debería ser así, pero lo es.

Usted insiste en que las empresas deben dejar un impacto positivo y fortalecer la economía local. ¿Cómo pueden las personas emprendedoras incorporar estos principios a la hora de crear su proyecto?
La cadena de valor es calve en toda empresa, y más en las de reciente creación. Se pueden generar no solamente empresas independientes, sino un clúster de empresas para dar servicio
global en una cadena de valor completa. Esto lo estoy pensando ahora, pero parece que sería un proyecto conjunto de interés, colaborativo y con un colectivo multidisciplinar. Esto nos
puede permitir fortalecer el tejido empresarial y si lo hacemos con una cultura de contribución a la sociedad y de distribución del valor generado a los stakeholders, no hay duda de que todas
las personas del entorno saldremos favorecidas.